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Foto.-Miembros de la cuadrilla, con el jabalí de Busmayor del domingo
El Sábado día 24 de Octubre, con la esperanza en que el tiempo nos acompañara, nos dispusimos a visitar el área de La Lumbreira. Dividida, por el río Agüeira y teniendo como vecinos a los cotos de Santa Eulalia de Oscos, Fonsagrada y San Martín de Oscos, nos ofrece unos paisajes excepcionales, todos ellos al compás del susurro del agua, entre las rocas de este río, en el cual se aprecia aparte de la mucha vida salvaje, sus Hoces que son bien apreciadas desde Trascoba haciendonos soñar, como si estuviéramos, en un mundo aún en estado primitivo; solo el discurrir de los vehículos de los miembros de la cuadrilla que se aproximan, parecen apagar la paz que se respira en este lugar. El sonido lejano, de quien aprovecha la mañana, para abastecerse de leña para el invierno o el eco de las cabras de Bravo que reclaman a su dueño, nos hacen despertar del sueño y ponernos manos a la obra.
Con José Manuel, Gustavo y Braulio, por el frente sur y con el Neno, Julio, José Luis y Avelino, por el frente norte, desplegamos a nuestros amigos los perros, en busca de tan deseado rastro. Muy temprano, el Neno,localiza el primer rastro, en las proximidades del área de Vitos, para después de acompañar a los compañeros del coto de San Martín y recoger unas pocas de castañas, corta y emplaza los dos jabalíes que se cobrarían, más tarde.
Por el frente sur, las ladras del perro de José Manuel y con la ayuda de Gustavo, dan a entender de un buen rastro, pero los resultados, fueron el mover los jabalíes, para mejor lugar.
Habiendo dado buen gusto del bocadillo y degustando de los "roxois" que nos calentó Antonio( cuando acabo de pelar las patatas), desplegamos nuestra artillería, con la vista puesta en la paella que nos estaban preparando, cuan trabajadores, se marchan para su tajo.
A encame largo soltamos solo dos perros, pues no teníamos la seguridad total de que no se hubieran largado nuestros jabalíes, pero la perseverancia de La Yola y el Tucho y después de media hora, dieron con ellos y en cinco minutos, dispararon Alejandro y Gustavo, abatiendo, sendas piezas.
Con el olor de la paella y el cordero de Bravo, ya no había más obligación que sentarnos en La Coba, a saborear la comida y a charlar de los abatares del día.
El domingo, día 25, pocas esperanzas de resultados, nos ofrecía la mañana; despúes de una noche pasada por agua, los rastros visuales habían desaparecido y solo la confianza en los perros, nos podían dar algún buen resultado, aún así se cortaron varios rastros; Realizamos la visita, esta vez a Alas y donde nos papamos el bocadillo, a la vez que presenciamos una de las levantas de la cuadrilla de Kubala, allí por Burualla, dejando a buen recaudo un jabalí; Desde este lugar panorámico ya nos fuimos cada uno para su puesto, en La Bornela y como la suelta no tuvo éxito, volvimos para Busmayor, donde una vez más nuestros perros y sobre todo "La Yola", demostró que lo suyo, son los jabalíes, ladrando a parado a la pieza y volviendo a buscar a otros perros que le ayudaran a levantar el jabalí, demostraba que es algo más que un perro. La levanta fue cosa de media hora y la entrada a puesto cosa de un minuto, el afortunado fue nuestro amigo Braulio que cobró un buen jabalí de 85 Kilos que sin embargo, no mostraba gran colmillo pero como el día era para disfrutar, después de realizar el segundo gancho, nos tomamos unas cervecinas, en el Bar de Palmira y el pincho correspondiente.
Bueno, espero que la próxima semana en Veiga de Cima, nos ofrezca la posibilidad de contaros un buen puñado de anécdotas más.
Un abrazo.
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