Foto.-Para este hombre subir un jabalí a cuestas es pan comido.
Eran las 6 de la mañana cuando el cielo abrió las compuertas del Diluvio. Todos los rastros de la noche sucumbían ante tal cantidad de agua, ni el mas experto montero conseguía ver mas allá de lo que su fiel amigo podría detectar por el olfato. Aún así era una mañana para un perro veterano pues no cesaba de llover y los pocos rastros que al resguardo de un brezo o matorral se ofrecían parecían de última hora.
Transcurrida la mañana y con la consiguiente mojadura, sólo un rastro cortado por Perfecto y que daba buenas sensaciones, levantaba la moral y nos permitía soñar con un pequeño lance.
Aún así, encargamos el potaje donde Marisol, en el Albergue de Castro, por si la mañana se hacía demasiado corta.
Como se preveía, los perros no fueron capaces de dar con la pieza en cuestión y sólo los más atrevidos consiguieron levantar un "corzaco" que alegró la jornada y que se llevaron el correspondiente correctivo por parte del Neno.
El día no dio para más y asomando los primeros copos de la tercera nevada de la temporada, fuimos recogiendo perros, trastos y pertenencias, para dirigirnos a saborear tan dulces manjares de nuestra amiga Marisol, en Castro.
El menú cojonudo, con el frió en el cuerpo, sentarse delante de un buen plato de navizas con su correspondiente compango, da alas a un muerto. Si a éso le añadimos como segundo unos huevos fritos de casa, acompañados de sus chorizos recién curados y sus lonchas de jamón, hacen que los abatares del día queden en segundo plano, dando al cuerpo la sensación de plenitud (lo del colesterol, vamos a dejarlo para otro día).
Con dimes y diretes, cuando nos despedimos, parecía que se veía mas que cuando llegamos, ¡no era el vino que degustamos!; eran los campos que alumbraban un leve manto de nieve y preparaban la cama para la nevada del domingo.
Otro fin de semana de descanso, pensábamos, quizás el próximo podamos volver a realizar lances cinegéticos. Lo veremos.
Un saludo y nos vemos el próximo fin de semana, los días 20 y 21, en Castro y Valia dos Paos.
Un abrazo
Etiquetas: Albergue de Castro, Marisol, Valia dos Paos
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