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Vista de Vilaseca, desde Santalla. Fotografia: Julio Monteserín
Foto.- La Curula (lo que era). Fotografía: Julio Monteserín
Cuando la visita es al monte de La Curula para realizar una jornada cinegética y ésta finaliza, podemos descansar la vista en estos bellos parajes de la Cuenca del Navia. Éstos nos ofrecen una mezcla entre historia y futuro; dando la sensación de que estamos en otro mundo, si bien es verdad que quedan lejos aquellos años de las fábulas sobre el Foxo y Hernes. Hoy nos encontramos una retorcida y comprometida carretera, al principio para continuar por una pista muy peligrosa que apetece realizarla mejor a pie que en coche; pero la verdad es que aunque el día de caza se haya dado mal, merece la pena parar al lado, por encima y enfrente de cada uno de los pueblos que se asoman a nuestro paso. Ese contraste entre civilización en una orilla e historia en la otra nos hace estar entre dos mundos, obligándonos a despertar de tan dulce sueño al cantar de un gallo, allá por Vilaseca o por Seira. Sin más compañía que la de una vaca, caballo, cabra o perro se circula por el margen derecho aguas abajo de esta cuenca, desde Santalla hasta Hernes y desde Hernes hasta Santalla, creyendo que todos estos hermosos pueblos están abandonados. Sólo delata la existencia de vida el suave balanceo de las cortinas de alguna cocina, donde asoman las miradas atentas y vigilantes del entorno. No se les escapa nada del visitante pero tampoco se inmiscuyen en su soledad.
Cuando se mira desde el futuro de vez en cuando nos apetece echar la mirada atrás, creyendo que el pasado ya esta demasiado lejos. ¡No quiero mirar atrás!, prefiero volver otro día y observarlo desde Vilaseca, Negueira, Seira o Sarciada. Prefiero volver otro día para encontrar vida en esa otra orilla, para que se mantenga la historia de los pueblos, sin perturbar la conciencia de la gente humilde; para que los que se marcharon regresen algún día. Aunque sean sus descendientes para así poder calmar el Espíritu de los que descansan en ese margen, llenando de orgullo el alma de sus antepasados.
Buenos servicios a esta comunidad pero con el"mimo" que se merece este entorno. No destruyendo los paisajes como esta ocurriendo en La Curula y es que hasta en el último lugar paradisiaco de nuestra naturaleza tiene que intervenir el hombre para destruir ¡ Hay que rentabilizar el uso!, eso dicen, aunque sea a costa de la naturaleza. Ya no va ser todo igual, por mucho que la administración intervenga. Sólo se beneficiaran los de Buey y Bustarel que les colocaran la fibra óptica, la TDT y todo lo demás.
Ya no habrá gente detrás de los visillos de las ventanas porque éstas serán de aluminio y las persianas los sustituirán; ya no habrá barcas a remo porque se sustituirán por coches, ni cocinas de leña si no calderas de gasóleo, con su olor a civilización, ni habrá chimeneas con el humo blanco de las xestas, sólo habrá "confor" y ruido. Se habrá acabado la paz y no merecerá la pena volver a La Curula.
Quería dedicar este panfleto al que fue y seguirá siendo amigo mio, Basadre, que fuera alcalde de Negueira tantos años, el cual siempre supo distinguir entre "Historia y Futuro".
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